La famosa expresión, que se refiere a un cuadro patológico relacionado con una situación de estrés muy prolongada, está bien pensada, no sé a quién se le ocurrió. Pero, si nos paramos a pensar un poco, alguien se quema cuando no se ha dado cuenta de que la temperatura subía y de que cada vez ese calor ocupaba más espacio en su persona. Y, cuando te quieres dar cuenta, estás achicharrada perdida.
Para los hombres, esta quemadura viene casi siempre provocada por el estrés laboral. Para las mujeres, lamentablemente, por la vida entera. Ellos pueden refugiarse en la tranquilidad del hogar. Para muchas, el hogar es sinónimo de hoguera, porque en el hogar no hay refugio, no hay descanso, solo hay más hacer y hacer. Más leña y más calor.
De hecho, si buscas la definición de “burnout” (claro, siempre surgen estos palabros primero en inglés), en muchos lugares solo se refieren a él como un “Síndrome de desgaste laboral”, provocado por el estrés laboral crónico que se da en “personas abrumadas por las demandas laborales”. Yo lo leo y me enfado, si te digo la verdad.
Porque es como un manotazo en todos los morros, porque claramente se refiere solo a una parte de la población, la que no tiene vagina.
Quizás pienses que no tiene mayor importancia, pero la tiene. Porque este palabro se inventó para definir un problema y solo contempla el trabajo (el que te proporciona un sueldo) como posible origen de estrés crónico asalvajado. Eso quiere decir que las medidas, protocolos, soluciones que se busquen para solucionarlo solo se centrarán en aquellas personas que solo sufren achicharre por culpa del entorno laboral, no incluirán medidas que contemplen a aquellas a las que achicharra el entorno laboral, el entorno de la crianza, el entorno de las labores del hogar, el entorno del cuidado de los dependientes.
Cotilleando información sobre el tema, algunos le aconsejan al quemado que se tome unas vacaciones, ignorando que para nosotras, muchas veces las vacaciones son otra fuente de estrés, básicamente porque las vacaciones son para todos menos para la que organiza, hace maletas, se encarga de la comida, de las duchas, etc. Y sí, el panorama está cambiando, pero sigue siendo lamentable. Lo sé, porque trato a diario con muchas mujeres churruscadas, agotadas, con insomnio, con ansiedad.
Yo misma he sido una de ellas, normal, tenía todas las papeletas de la rifa: autónoma, madre soltera y doble. Me levantaba pensando en el momento de acostarme, temía el fin de semana más que a una vara verde. Si encima el finde era lluvioso, quería arrancarme los ojos. Llevaba a mis hijos al cine, básicamente para poder echar una cabezada en la butaca. Así durante años.
Como lo nuestro no tiene un nombre, como la quemadura, supuestamente, solo la provoca el trabajo remunerado, corremos el peligro de ya no pensar, sino de sentir, que lo de no poder con nuestra vida es algo normal, algo ante lo que no debemos ni rebelarnos ni buscar remedio. No es normal; es, lamentablemente, común, de manera que tendremos que encargarnos de ser honestas con nosotras mismas, contarnos que seguir así no es una opción y encontrar la manera de mejorar. Lo primero será sabernos merecedoras para no conformarnos; para no diluirnos; para llenar nuestra vida de vida, no de cansancio. Luego, como siempre, darnos cuenta para poder hacernos cargo.
P.D: te dejo aquí un episodio de mi podcast en el que hablo de 5 agujeros negros que son causa de mucho de nuestro cansancio. Aquí lo tienes y aquí otro con 5 estrategias super prácticas para gestionar en el momento los picos de estrés. Aquí tienes el del estrés.
En el último episodio de mi podcast hablo de 8 herramientas para mejorar tu autoestima. Y es que querida, aceptar y querer eso que eres es la base para después lograr muchas más cosas. Te lo dejo aquí. Espero que te guste y te sirva.
P. D2.: el famoso burnout o estar achicharradas de estrés y cansancio es un tema que voy a tratar mucho en mi membresía “Té con Sol” durante estas semanas. El próximo miércoles publicaré en ella un texto con 4 herramientas para evitar el burnout que yo uso continuamente y en las reflexiones que comparto a diario, os hablaré de claves para mejorar este asunto. Puedes bichear la membresía aquí.
Uy, sobre esto llevo yo años intentando cambiar las cosas en casa. Es una pelea cada día.
Como bien dices, ellos vienen quemados del trabajo y esperan que cuando llegan a casa esté todo perfecto y les recibas con una gran sonrisa. Y además, tienes que entender que ellos están muy quemados y tienen que irse a dar un paseo, al gimnasio, a jugar un partido o simplemente tirarse en el sofá.
Pero, amiga, tú, además de luchar en el trabajo, has hecho de taxista unas cuantas veces para llevar a los niños a extraescolares, has hecho la cena mientras les ayudabas con los deberes, quizá hayas tenido que ir por 4a vez al supermercado porque se te ha olvidado algo.
¿Gimnasio, paseo? ¿Qué es eso?
Ellos no se suelen dar cuenta, a no ser que se lo hagas ver. Al principio, por las buenas y luego por las malas. Fíjate, ¡no hay comida en la nevera!
U hoy te quedas con los niños que he quedado o los recoges tú. Así, sin pedirlo, como hacen ellos.
Sólo así, comprenderán la cantidad de cosas que te has echado encima por decisión propia y que ahora has decidido que hay que compartirlas, porque los niños y la casa son de los 2 y tú también quieres una vida.
Siempre me gusta como explicas las cosas o situaciones que vivimos pero, cuando ya tiras del humor “arrancarme los ojos y dormir en la butaca del cine” es que me doy la vuelta de la risa.
Ya se que el tema es serio o para tomárselo en serio pero agradezco que , como dice mi psicóloga, lo expliques desde la silla del humor, que por lo menos a mi se me queda en la piel. Un besazo!!!