3 cosas que puedes hacer en 5 minutos para sentirte más segura de ti misma (no son milagros, pero casi)
Cuántas veces me preguntáis cómo ganar confianza, queridas mías. Pues entrenando, como casi todo.
En este caso no se nace, se hace.
Ganamos confianza construyéndonos cada día de nuestra vida, con pequeños pasos que generan una Tú llena de claridad, una Tú que se agarra a un eje que ha generado a base de desafiarse y cuestionarse.
Teniendo esto en cuenta, podemos intuir que una no se convierte en la Diosa de la Autoconfianza de la noche a la mañana, pero sí es verdad que hay gestos (demostrados científicamente) que en momentos de duda o canguelo nos ayudan a generar una buena ración de confianza. Nos regalan un subidón de lo más útil.
1. La importancia de la postura corporal
Somos una, amiga, no somos compartimentos estancos y, así como nuestro coco influye en nuestro cuerpo (no te cuento nada nuevo porque ya sabes que cuando te estresas te duele la cabeza y te duele la barriga y te salen cosas feas en la piel), al revés pasa lo mismo: tu cuerpo influye en tu coco.
La forma en que te sientas, caminas y te expresas físicamente envía señales a tu cerebro sobre cómo te sientes contigo misma. Por eso, cambiar lo que está pasando con tu cuerpo puede cambiar lo que está pasando por tu linda cabecita.
Cómo hacerlo:
Siéntate o mantente en pie con la espalda recta (pechos fuera, como la Afrodita de Mazinger Z), los hombros hacia atrás.
Mantén la cabeza en alto, como si un hilo tirara de tu coronilla y otro de tu barbilla.
Si vas a hablar con alguien o vas entrar en una reunión, camina firme y decidida (cuál desfile de Victoria´s Secret). AQUÍ ESTOY YO, GENTE.
Mira a los ojos a las personas con las que hablas, no bajes la mirada, no la bajeeeees.
Sé consciente de cuál es tu expresión facial, intenta sonreís un poco aunque estés nerviosa. Sí, sorpresa, la cara forma parte del cuerpo y también influye.
Por qué funciona:
Está comprobado por la gente lista y científica que nuestra postura influye en nuestra química cerebral (¿por qué nadie nos contó esto en el colegio? Un misterio de tantos).
Una postura abierta y erguida reduce el cortisol (la hormona del estrés) y aumenta la testosterona (la hormona de la confianza, por resumir). Cambias tu postura y tu expresión y eso tiene un impacto inmediato en cómo te percibes y cómo te perciben los demás. FLIPA.
2. Recuerda tres momentos en los que te sentiste a tope de poderosa
Solemos enfocarnos en lo que nos falta y nos olvidamos todo lo que hemos conseguido. Así somos. Durante cinco minutos, recuerda tres momentos en los que te sentiste fuerte, capaz, valiente. Diosa perdida. Visualiza cada momento, pon tus cinco sentidos ahí. Revive las emociones, las sensaciones. Colócate, con todo lo que eres, en esa película de poder y confianza.
Cómo hacerlo:
Cierra los ojos y piensa en tres momentos en los que te sentiste super segura. Pueden ser grandes logros o situaciones chiquitinas en las que te sentiste orgullosa (gestionaste bien una conversación incómoda, dijiste un no con toda la confianza, etc.)
Revive la sensación que tuviste en ese momento. ¿Cómo era tu postura? ¿Qué estabas pensando? ¿Qué emoción predominaba?
Si puedes, escríbelo todo en una libreta o en tu móvil para releerlo cuando necesites recordar que puedes ser una Diosa del Olimpo Vikingo cuando te lo propones.
Por qué funciona:
Tu cerebro no distingue entre lo que imaginas y lo que realmente pasa en el presente. Cuando revives momentos de éxito, de confianza, de poderío activas las mismitas áreas del cerebro que en el momento original. Otra cosa que no nos habían contado, pero nunca es tarde si la dicha es buena, y lo es.
3. Di en voz alta tres afirmaciones de Diosa Poderosa
Ya, te crea incomodidad, pero es lo que hay. Sientes que te estás mintiendo, pero también te mientes cuando te dices que no eres capaz, que eres un desastre, que vas a fallar una vez más.
Ya que te mientes, hazlo para bien.
Las palabras que usas para hablar de tu divina persona impactan directamente en tu seguridad. Si te repites todo el rato que no eres lo suficientemente buena o que no puedes hacer algo, tu coco se lo cree y te obliga a actuar en consonancia. Por eso, identificar y luego cambiar tu diálogo interno es imprescindible para que mejores la confianza en ti misma y pases a la acción
Cómo hacerlo:
Ponte delante de un espejo o en un sitio tranquilo (lo que te sea más cómodo) y di en voz alta tres afirmaciones de poderío y confianza.
Por ejemplo:
"Soy capaz y confío en mí misma." (que sí, que te sientes rarísima, aguanta la incomodidad, venga, dale)
"Tengo todo lo que necesito para gestionar esta situación."
"Merezco que me escuchen y me valoren."
"Soy importante."
Repite cada afirmación con todo el convencimiento, como si fueras la actriz de la peli de tu vida. Como si te la creyeras, y ya llegará el que te la creas de verdad. Confía en el proceso.
Por qué funciona:
Repetir estas afirmaciones (en voz alta y si luego las escribes en tus páginas matutinas, la cosa es maravillosa) ayuda a reescribir tu diálogo interno y a cambiar la forma en que te percibes, querida mía. Con el tiempo, tu coco empezará a aceptar estos mensajes como si fueran verdad, la incomodidad irá desapareciendo y eso, inevitablemente, refuerza tu confianza.
Me encantaría que me dejaras en comentarios cuál de estas tres herramientas vas a probar hoy. Y mañana. Y pasado.
P.D.: te dejo aquí un audio de solo 30 minutos cuando necesito tomar decisiones y ando un poco a la deriva, cuando quiero retomar las riendas de mi vida. Te hablo en él de dos obstáculos que nos impiden pasar a la acción. Espero que te sirva.
Gracias Sol.
Qué importante la postura. Ayer precisamente, necesité tener muy presente echar los hombros atrás. Y me ayuda muuucho respirar hondo cuando lo hago. Es un reseteo, un "aquí estás".
Me comprometo conmigo a hoy decirme en el espejo, firme que estoy muy contenta y orgullosa de mí. Y sonreír mientras lo digo.
¡Muchas gracias, Sol!
Efectivamente son tres técnicas muy útiles, y como bien dices, por qué nadie nos las enseñó en el colegio?! La de cosas absurdas que nos hicieron aprender y por qué no aprender a manejar estas emociones y nuestro cuerpo, nuestras, creencias, nuestro diálogo interno que tanto afecta a nuestra vida …
Como bien dices: más vale tarde que nunca! A por ello!!💪💪 Gracias!!🙏