Participé la semana pasada en un podcast en el que se hablaba de mi cambio vital, ese en el que pasé de trabajar en la empresa familiar a inventarme una profesión, una historia que es solo mía, porque solo yo la he elegido.
En la presentación, la anfitriona comentó que, teniendo la vida resuelta, yo había decidido virar y cambiar de camino completamente. Me llamó mucho la atención esa expresión “Vida resuelta”, hacía mucho tiempo que no la oía. O sí la he oído, pero no la he escuchado, porque uno es sordo ante lo que le es completamente ajeno, ante lo que no entra en los patrones de su manera de existir.
Pero en esta ocasión, la persona que pronunciaba esas palabras lo hacía frente un micro a tres palmos de mí, tan sorda no estoy.
Cuando me tocó hablar, sentí la necesidad de hacer referencia al “Vida” y al “Resuelta”. “No sé muy bien que es tener la vida resuelta, me imagino que es no preocuparse por el tema económico. En cualquier caso, yo no quiero tener una vida resuelta, yo quiero tener una vida grande”, contesté.
Y entonces me di cuenta de que, durante muchos años, ese concepto al que ahora no le presto la más mínima atención fue el freno insuperable que me anclaba a un lugar en el que no pintaba nada. Yo no era nadie en esa vida resuelta. No me creía capaz de crear nada por mí misma, ni de poner límites a quien no me respetara. No me hacía ninguna pregunta, porque todas las respuestas me habrían llevado a tomar decisiones que me aterrorizaban. No sentía que hubiera ninguna opción a mi alcance que no fuera aquella vida resuelta y pequeña y asfixiante.
Supongo, no me acuerdo, que en algún momento algo me despertó. Algo vi, algo escuché cuando andaba con las antenas levantadas, buscando una salida incierta. Y a partir de ahí, a tirar del hilo, a ver a dónde me llevaba.
El hilo, las preguntas, el esfuerzo me trasladaron de la vida resuelta a la vida grande. A la vida que es resultado de preguntarme cada dos por tres qué es lo que quiero sentir, en lugar de qué es lo que quiero tener. A la vida con ilusión, belleza y propósito. Y a la vida con unas cuantas mierdas también, ojo. Pero mierdas superables, mierdas puntuales, mierdas accesorias.
A una vida en la que he aumentado considerablemente mis noes y también mis síes. En la que me he largado del asiento de atrás para agarrar el volante y poner el pie en el pedal que me da la gana, con la presión que me da la gana. En la que estoy más hacia adentro que nunca y conectada a más no poder con lo de fuera. Con lo que me importa, con lo que me gusta, con lo que me apasiona, con muchas cosas más grandes que yo.
En esta vida han aparecido fantasmas del pasado, claro. Esa ya no soy yo, aquí ya no. Largaos de mi casa, culpa, miedo, ansiedad, películas mentales. No tengo tiempo de pelearme con vosotros.
Desde esta vida alta y amplia puedo ver mucho del mundo y mucho de mí. A personas con vidas resueltas que ignoran que hay vidas grandes. Ojalá lo descubran pronto.
P.D: te pido un favor enorme, si decides compartir este texto en Instagram (lo hacéis muchísimo, gracias), porfa, pon el enlace. Así les facilitas la vida a todas las que lo quieren leer. Algunas me escriben a mí preguntando y es imposible atender todos los mensajes. Gracias millones otra vez.
P.D 2: en el último episodio de mi podcast comparto ocho herramientas que uso cuando aparece el miedo al fracaso, ese que nos aplasta cuando decidimos cambiar, avanzar, crecer. Puedes escucharlo aquí.
P.D. 3: ya te lo conté la semana pasada, pero yo lo repito. Soy candidata en las Top100 mujeres líderes y, si consideras que lidero y te apetece, puedes votarme aquí mismo. Según el navegador que uses, en el móvil te puede dar problemas para votar, pero desde el ordenador, en principio, es sencillísimo.
Yo escuché esa podcast y me pareció grandiosa tu respuesta. Tener la vida resuelta no es tener una vida grande. Además, la vida cambia en un instante. No hay vida resuelta. Es un espejismo que nos hacen creer que podemos llegar a tener.
La vida resuelta...es estática, es de un tono tenue, es llana. Sigues siendo inspiracional. Es muy bueno leerte.