Pocas veces me lanzo sobre el teclado, inspiradísima, teniendo claro lo que quiero contar, sintiendo como el teclado se desliza bajo mis dedos. Normalmente, mis textos son producto de mucho rato de darle vueltas a lo que os puede interesar, a la mejor manera de escribirlo, a cómo estructurarlo.
Y, sin embargo, hoy ha sido una de esas extrañas ocasiones en las que me he levantado con una palabra en la cabeza, con una idea clara, con un “Tengo que escribirlo ya”.
Esta claridad, lo admito, llega después de unos cuantos días de niebla total, de revoltijo emocional, de reabrir heridas que una creía cerradas. De enfrentarme a todo eso de lo que llevo curándome décadas. De malestar, de bucle mental, de tener que usar todas mis herramientas para mantener un razonable equilibrio. De profunda pelea interna.
Pero hace una hora me he despertado profundamente relajada y alegre, descansada y anclada a mi eje, como por arte de magia.
Cuánta razón tiene mi querido Igor Fernández cuando afirma que, mientras dormimos, “Hay gente ahí detrás trabajando por ti”. Se refiere al inconsciente, ese mecanismo que dirige el 95% de todo lo que hacemos en nuestra vida, o sea, TODO. Hoy he soñado cosas bonitas que tienen que ver con objetivos bonitos que estoy segura de que voy a cumplir. No porque lo haya soñado, sino porque he trazado un plan de acción.
A lo que iba: la palabra es LIBERTAD y la idea tiene que ver con cómo alcanzarla.
Hoy me he despertado sintiéndome profundamente libre. Entre mis sienes se han agolpado todas mis libertades: la de movimiento, la económica, la de pensamiento, la de relacionarme con quién me da la gana. He visualizado, como en una peli, todo el esfuerzo, las decisiones difíciles, los enormes desafíos, los momentos de dolor que han sido necesarios para alcanzar todas esas libertades. Sobre todo, la de pensamiento, porque sin esa no existen las demás, al menos para mí.
Soy libre de muchos miedos que me aplastaban, de infinitas creencias que me jodían todas las horas de todos mis días. Quedan unas cuantas, ya estoy trabajando en ellas. Ahora aparto sin miramientos lo que me pincha y solo abrazo lo que también me abraza.
Esta lucidez llega, curiosamente (o no), después de que ayer alguien pusiera a prueba todos mis mecanismos de defensa. Lo reconozco, el cuerpo me pedía guerra, pelea, gritos, reproches, venganza. Pero por mucho que repita por aquí que hay que hacerle caso al cuerpo, por encima se elevaba la gran pregunta, ¿Cuál es la mejor manera de tratarme en esta situación, en este momento, con estas circunstancias? (Os hablé de esta pregunta en este episodio de mi podcast) La respuesta ganó a la beligerancia. La decisión sustituyó a la reacción.
Eso también es ser libre. De una misma y de sus traumas.
Decidí callar y decidí no volver donde no me tratan bien. Me prometí que esta era la última vez. Me recordé que soy libre para terminar lo que quiera terminar y también para escribir todos los días una historia diferente, una que me mole aún más.
Me dije que eso también es reinventarme, otra vez. Que nos reinventamos todo el rato, si queremos, con cada puerta que cerramos y con todas las que nos quedan por abrir.
Me prometí honrar la libertad que tanto me ha constado conquistar y contarle al mundo entero que libres es todo lo que queremos ser.
Y aquí estoy, cumpliendo mi promesa.
P.D.: en mi programa REINVÉNTATE, que lanzaré el próximo septiembre, te cuento cómo pasé de la deriva a agarrar fuerte las riendas de mi vida. Profundizaremos en el cambio de mentalidad necesario para descubrir qué es lo que realmente queremos, descubriremos nuestros talentos y pasaremos al plan de acción.
Te rodearás de un montón de mujeres con tus mismos miedos, dudas e inquietudes.
Caminaremos juntas mientras nos descubrimos y nos reescribimos. Mientras tendemos un puente que va desde la vida que tenemos hasta la vida que queremos, para que ese precipicio que vislumbramos cuando pensamos en cambiar de rumbo desaparezca.
Te dejo aquí toda la información y el acceso a la lista de espera.
Un abrazo grande,
Sol
Gracias Sol. Qué importante es ver que alguien como tú, que pareces tener el eje tan bien puesto, también tienes dudas y niebla mental. Aunque al final, todo lo que has trabajado, logras llegar al lugar que tú quieres. Para mí lo más poderoso es ese pensamiento de que con cada acción, con cada decisión de cada día, ya estamos trazando un plan... hagamos o no, ya estamos decidiendo. Y tener eso claro es lo más importante.
Muchas gracias!
Enhorabuena Sol. Eres luz para quienes transitamos caminos que tú ya conoces.
Qué importante decidir y no reaccionar. Tanto como ir solo donde sientas refugio, aunque sea un solo lugar o persona. El resto es desgaste y perder tu valioso tiempo.
Gracias!❤️