No voy a ayudarte.
Porque no quieres ser ayudado, sería la continuación del título. Y es que no podemos ayudar a quién se aferra a su pozo, a su inercia como si no hubiera un mañana. ¿De dónde sale esta preciosa reflexión? Pues de la propia experiencia, claro. De observar la realidad, de aceptarla y de, como siempre, compartir con vosotras lo que aprendo.
Lo conté en forma de breve reflexión en mi membresía hace ya algunas semanas (Por si no te has enterado he creado una membresía que se llama “Té con Sol” y en ella comparto a diario todo lo que aprendo y creo que no os podéis perder. Antes lo hacía en Instagram, pero el algoritmo nos oculta cuando quiere, está en su derecho). El caso es que me pareció que el asunto merecía más que un monólogo de un minuto, básicamente porque nos afecta mucho.
Nos dejamos la piel, la garganta, las neuronas intentando abrirle los ojos al que los quiere mantener cerrados, pretendiendo que otro se dé cuenta de adónde le llevan sus decisiones. Regalándole herramientas de construcción al que se reboza a gustísimo en la destrucción.
No podemos entenderlo, por eso seguimos dándonos cabezazos contra la pared, una y otra vez. Y quiero ahorrarte los chichones, amiga. Ríndete.
Y te lo dice alguien para quien la rendición es el asco, la blasfemia, la catástrofe. No me rindo ni de coña si el resultado depende de mi esfuerzo, pero es que aquí el resultado depende de alguien que camina en la dirección contraria a la que tú le indicas con todo el amor del mundo.
Te estoy contando esta parrafada porque la semana pasada fui a desayunar con un amigo al que adoro, al que conozco desde hace más de treinta y cinco años. Durante los últimos veinte años, cada vez, que le he visto, se ha quejado de lo mismo. y “Lo mismo” siempre ha sido la consecuencia inevitable de sus propias decisiones.
No ha habido enfermedades (tampoco mentales, por aclarar) catástrofes naturales, casualidades desastrosas. NUNCA. Tampoco ningún desequilibrio químico.
Todo fruto directo de unas decisiones que le llevan a la soledad, a la insatisfacción, al desperdicio de una inteligencia apabullante. Incluso de una belleza apabullante. Tiene todos los ingredientes para convertir su vida en una maravilla y él insiste en meterlos en la picadora, en lanzarlos al vertedero para luego lamentarse durante una década.
Y vuelta a empezar.
Imaginaos aquí la menda, que se dedica a lo que se dedica. Diagnosticando. Ofreciendo herramientas, reuniones, libros, podcast, planes de acción. Rezando para que esta vez sí, para que esta vez decida dejar de quejarse y dar un pequeño paso.
Adivina.
No ha pasado.
Nos devanamos los sesos intentando entender lo incomprensible, por qué hay gente que decide maltratar su cuerpo a base de inmovilidad, de comida basura. Por qué hay gente que, con todas las posibilidades del mundo, prefieren quedarse sentados en el sofá (el del mobiliario y el vital) consumiendo noticias e imágenes que te pudren y te hunden en lugar de abrir las ventanas y disfrutar de todas las maravillas que la vida tiene para regalarte.
Hay quién decide aferrarse a relaciones que no son relaciones y son cárceles.
Puede haber, en algunos casos, patologías, claro. La mayoría pueden tratarse, si uno quiere, claro. Y también hay decisiones que suponen lanzar tus días a un vertedero. Y nos jode verlo y no poder hacer nada, pero es que no hay nada que podamos hacer cuando no somos nosotras las que tenemos que decidir y ponernos en marcha.
Solo cabe comentarle al prójimo que aquí estamos para cuando quiera, para cuando nuestra energía y nuestro tiempo le vayan a servir de algo.
Y cruzar los dedos.
P.D.: en el último episodio de mi podcast te hablo de un ejercicio que a mí me sirve cada día para poner el foco en lo positivo, en lo que me construye, en lo que me impulsa. Puedes escucharlo aquí.
P.D2.: mantendré el precio de mi membresía “Té con Sol” en el 2025 a todas las que estéis suscritas hasta el próximo 30 de abril. Por cierto, estoy compartiendo en ella un reto diario con ejercicios brevísimos de escritura. Muchas me contáis que queréis implementar este hábito pero que os bloqueáis y no sabéis que escribir, así que espero ayudaros con esta iniciativa. Durará hasta final de mayo y, si te suscribes ahora, puedes disfrutar de todo el reto completo. Lo encuentras en el apartado INSPIRACIÓN A SORBOS, con vídeos míos de menos de un minuto, ordenaditos por fecha para que te sea todo de lo más sencillo. Tienes aquí toda la información.
Creo que todos tenemos un amigo, conocido o familiar que es así. Son personas que llevan tanto tiempo frustradas y tristes que no entienden su vida de otra manera porque es justamente todo lo que dices , lo que hacen. Ver telediarios y ven que todo es malo, sus amistades " le dejan de lado", su entorno es una porquería, su trabajo etc... Ellos quieren que les acompañes en su "mierda" con perdón para congratularse de que lo la vida es un asco. ¿La solución? A mí me da mucha pena que esa persona que podría ser la caña de España es una persona que ha dejado de caminar en esta vida regulera pero maravillosa a la vez. Y la solución solo la tiene la propia persona que haga ese "clic" y despierte de su letargo, como hacemos todos en nuestro día a día. Abrazos
Sol. Esto es sincronía. Ayer justo hablaba con una amiga que tiene un problema con su familia y ella decidió cortar por lo sano, le ha costado sueño y lágrimas y basada en mi experiencia con mi propio hermano le dije "a veces la mejor forma de ayudar es dejar de hacerlo". No puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado y a pesar de tener todas las posibilidades al pie del sofá donde pasa el día entero no se levanta a tomarlas de la mano y trabajar en ellas. Pues yo le puse pensamientos para ayudarla a ella y tú estos 3 minutos maravillosos, que por supuesto ya se los envié bien recomendados. Ahora a por el fin de semana especial que nos espera. Gracias