No será la primera vez que escuches (o que me leas, más bien) defender que los grandes cambios llegan desde las pequeñas rutinas que repetimos cada día. Vamos a dejarlo en regularmente, por aquello de no exagerar. Cómo me gustaría encontrar la manera de transmitir que no es solo una frase hecha, sino una realidad que a mí me sirve para recortar la distancia entre la vida que tengo y la vida que quiero, entre mi Yo de hoy y la versión de mí que más me mola. Una aún más tranquila, más empoderada, más segura.
Y el primer hábito, no te va a extrañar, es justo el que estoy practicando ahora mismo: escribir. Escribir para ti, suscriptora y, sobre todo, escribir para mí. Para desenredarme, aprenderme, liberarme y desahogarme. Para planificar. Para elevar el dron y taladrar en el eje. Tanto me preguntáis por mis páginas matutinas que, aparte de recomendarte “El camino del artista”, de Julia Cameron, estoy pensando montar una formación para compartir qué es lo que me pregunto en esas tres páginas inevitables llenas de letras que me acompañan cada mañana. Te iré informando. Y no solo escribo cada mañana y cada semana estos #TresMinutos. Escribo para deshacer nudos mentales, para aclararme, para priorizar. Para descargar la mente. Para anclarme cuando siento que la deriva me acecha.
El segundo es aprender. Me da igual si es leyendo, escuchando un podcast, o una entrevista a alguien que me inspire, o una charla TED o cualquiera de BBVA Aprendemos Juntos. Necesito datos nuevos, o contados de otra manera. Me apasiona saber que siempre podré descubrir, estrenar, sorprenderme. Me encanta, después de mi escritura matinal, dedicar un rato, mientras desayuno, a llenar el depósito del conocimiento.
El tercero, y este es nuevo, es preguntarme, ante cualquier situación inesperada o ante una duda, cuál es la mejor manera de tratarme. Puede ser leyendo la carta de un restaurante. Y a veces la respuesta será una pizza y a veces una ensalada, porque no siempre nos sentimos igual ni necesitamos lo mismo. Y un postre puede ser una celebración o convertirse en un autocastigo. Lo hago cuando dudo entre descansar o currar. Fijate, este artículo es la respuesta a esa pregunta. Estoy en el aeropuerto, hay retraso en mi vuelo y me apetecía seguir devorando “Homeland”, que me parece la mejor serie del planeta, tanto que la estoy volviendo a ver. Pero tratarme lo mejor posible, ahora mismo, es finiquitar este texto y dedicar el fin de semana a ver puestas de sol, reírme con mis hijos, ser una Piscis feliz nadando todo el rato y jugar con el cachorro nuevo de mis padres. Quizás, en otro momento en el que estuviera muy cansada, la mejor opción sería babear ante el talento de Mandy Patinkin (amo a este señor desde que le vi en Yentl).
El cuarto sería el meneo. Y no digo más, porque bastante brasa doy ya el Instagram. Pero es que no podía no mencionarlo. Ya sabes #ElMeneoEsVida y #NoTengoGanasTengoUnObjetivo. Pasea, sube las escaleras, baila.
El quinto es montarme un ritual nocturno divino. Llevar la belleza, el gustazo y la calma a mi habitación. Terminar el día con una ducha, untarme entera en la crema de té verde y miel de Elisabeth Arden o, el día que no me apetece hidratarme, pulverizarme la bruma de Moroccan Oil, que me recuerda tanto a Nueva York que hasta me parece ver el edificio Chrysler. Ponerme un pijama monísimo. Yo, que hasta hace nada dormía con camisetas de “El Último de la Fila” de 1989. Respirar mientras hago inventario de lo que ha sido el día de hoy y planeo el que llegará mañana. Agradecer que aquí sigo. No dar nada por sentado.
Pues que he llegado a los tres minutos y me despido deseando que alguno te sirva, que te preguntes qué es eso que puedes hacer hoy, mañana y pasado. Eso que sumado en semanas, meses y años suponga un cambio a bien. Eso que recorte la distancia entre la vida que tienes y la vida que quieres. Entre tu Yo de hoy y la versión de ti que más te mole.
Feliz sábado.
Me encanta! Ojalá pronto una formación sobre escritura. Yo soy incapaz ahora mismo de escribir 3 páginas, quizás por el barullo mental que tengo. Cuando estaba leyéndote he caído en la cuenta de que es posible que necesite un cambio de cuaderno. Lo probaré, el que uso lo relaciono con cosas que quiero dejar atrás, así que a buscar nuevo cuaderno.
Eres inspiración!!❤️
Muchísimas gracias por estos tres minutos Sol !!!!
El hábito que cumplo a diario es el de la escritura. Lo hago desde muy jovencita y al conservar los cuadernos , releerlos me ayuda a comprender mi evolución como persona y responderme a muchas preguntas . Ahora tengo 59 estupendos años y estoy pasando por un divorcio muy duro.He pensado en apuntarme a un taller de literatura. Que chulada !!!
Lo del meneo me cuesta más ,parece que nunca encuentro el momento
Feliz sabado