Ya se ha demostrado que durante toda la vida podemos crear nuevas conexiones neuronales, aprender y reaprender, sinapsis se llama el fenómeno neuronal. Me causan muchísima curiosidad esos caminitos en nuestro cerebro, esas líneas que conectan lo que creemos con lo que sabemos, o con lo que creemos saber.
Las líneas que están dentro de nosotras y que nos son, a la vez, tan desconocidas.
Escuchaba el otro día que el objetivo de los psicoterapeutas es reconducir o reformatear todos esos caminos que hemos creado, sobre todo en la infancia, para que superemos traumas, para que funcionemos mejor. Para desenredar y desatascar.
Se me ocurre que, muchas veces, en nuestro coco, esos caminos conectan puntos distantes y no siempre lo hacen a nuestro a favor; salir de lugares en los que nunca deberíamos habitar para dirigirnos a lugares a los que nunca deberíamos llegar.
Hoy, tu compañera de trabajo hace un comentario inocente sobre tu chaqueta y a ti se te abren las carnes sin saber por qué, y es que inconscientemente has llegado a aquella crítica que sufrías cuando eras tan pequeña que ni puedes recordarlo.
Qué putada, qué impotencia; qué importancia cobra entonces hurgar para desenterrar todo eso de lo que deberíamos ser dueñas en lugar de esclavas.
Para bien pasa lo mismo, menos mal. Escuchas una canción y puedes oler el mar y los mojitos, porque fue el temazo del verano del 99, aquel en el que tú olías también, todo el rato, a mar y a mojito.
Ya que podemos conectar, elijo hacerlo a voluntad, por pedir que no quede. Quiero aprender a montarme yo mis carreteras neuronales gracias a mi voluntad de hoy y no por culpa de lo que pasó hace décadas. Vamos a ello.
Me pido sabores que me recuerden al primer beso, que me habría gustado que fuera en mi playa de la Costa Brava, pero fue en un portal detrás de la pajarería de mi pueblo. Qué cutrada, madredelamorhermoso. A ver si alguien puede desconectar ese cable y reconectarlo en otro lado para que suenen las olas, no los periquitos.
Me pido conocer mañana a personas simpatiquísimas que me recuerden a todas las personas simpatiquísimas que he conocido en mi vida, así no dejarán sitio a las antipatiquísimas, porque una puede crear conexiones nuevas, pero no tiene espacio infinito, así que quiero llenar el mío de cosas buenas, no de cosas malas. (Te dejo aquí el episodio de mi podcast en el que hablo de cómo definir propósitos, no solo el 1 de enero, todo el rato)
Me pido paisajes que me recuerden otros en los que fui muy feliz y que, a la vez, creen más felicidad, más calma, más “No me creo que esto tan bonito exista y que yo esté aquí viéndolo”. He de decir que disfruto mucho de esto últimamente, vivir en medio de las montañas es lo que tiene. Además, esas enormidades me recuerdan que soy pequeña, mínima, ínfima, así que mis problemas también. Curiosamente, mis alegrías son igual de enormes aquí. No lo entiendo, pero me gusta.
Sigamos con mis caminos neuronales elegidos, que me despisto.
Quiero canciones nuevas que me recuerden a momentos viejos. Pensaréis que eso es imposible, pero yo os prometo que escuchar a JP Cooper me transporta a un viaje que hicimos Bonnie y yo a Londres allá por el 96. No vimos Londres de día, solo Londres de noche. No recuerdo comer, solo beber té con leche a granel. Menos mal que no le doy al alcohol. ¿Cómo es posible que la música de un tío que canta más bien melódico y que debía tener 10 años en el 96 me traslade a las músicas discotequeras británicas de los 90? Ni idea, pero lo mismo pasa con la compi que habla de tu chaqueta y esto es para regalarme alborozo, así que bienvenido sea el batiburrillo neuronal.
Quizás no haga falta entender algo del todo si es para disfrutarlo; pero desde luego es necesario aprendernos, al menos un poco, para no sufrir más de la cuenta.
P.D.: en el último episodio de mi podcast te hablo de la importancia de darnos importancia, de observarnos, de escucharnos, con tal de prevenir en lugar de tener que curar. Si quieres obtener herramientas para tratarte bien, escúchalo aquí.
P.D.2: el 23 de marzo impartiré una mentoría grupal sobre el miedo a la incertidumbre para todas las suscritas a mi membresía “Té con Sol”, será en directo, por Zoom y también la tendréis grabada por si no podéis asistir. Y el texto que estas miembras guapas recibirán el miércoles 20 de marzo trata sobre algo que me pedís mucho: cómo enfrentar conversaciones incómodas, cómo ser asertivas. Si te apetece ser parte de esto, aquí tienes toda la información.
P.D3.: si andas cerca de Andorra, te cuento que el 23 de marzo estaré firmando libros a las 19:30 en la librería Ideas en la Illa Carlemany. Qué ilu, hace mogollón que no firmo.
P.D4.: El 11 de abril participo en un evento online gratuito sobre la relación con una misma que organiza la escuela donde me he formado, Crearte Coaching. Yo hablaré de cómo vivir sin apegarnos al qué dirán. Tienes toda la información y puedes inscribirte aquí
Que importante Sol en encontrar el porqué de ciertas reacciones en nuestro vivir cotidiano. Me resuena la "chaqueta" porqué nunca fui ni la más bonita, ni la coqueta, ni siquiera una con muchos amigos. Eso marcó muchos años de mi vida, pero desde que tomé la decisión de que mi pasado no me definiera ahora son solo recuerdos. Excelente reflexión como siempre. Espero con ansias tu podcast del lunes. Es lo primero que escucho a las 6.30 am cuando ya empieza la faena...
Tambien me encanta teletransportarme a través de la música 🎼, los aromas, y la belleza que esconden tantas cosas, que a veces, solo requiere de un poquito de atención pararse a contemplar, gracias Sol ☀