Diré poco sobre las vidas perfectas: NO EXISTEN. Tampoco sé muy bien lo que es una vida perfecta, porque para cada uno sería una cosa diferente, pero en ningún caso real. Las vidas perfectas son fantasía pura porque en ellas no hay imprevistos, desgracias, marrones, duda, tristeza.
Vale, vamos ahora a la vida bonita, que sí que existe. Si la creamos, claro.
Vamos a ir definiendo todo esto de la belleza, porque a veces nos liamos.
Hablar de belleza no es frívolo. También te digo, qué más da si lo es.
La belleza no es lujo, es una necesidad humana. Sí, como comer o descansar. No lo digo yo, lo dice la neurociencia, la filosofía, el arte y nosotras mismas, si nos observamos y nos escuchamos un pelín.
La belleza no es solo lo estético, aunque lo incluya. Es una forma de mirar y de vivir. Es crear armonía, pausa, respeto, propósito. Es escribir un mensaje cariñoso, escuchar con atención, decir la verdad sin herir. Es ordenar los cajones y también ordenar los pensamientos. Es hablar con palabras que alimentan, tener una casa donde te apetezca estar y una vida donde quieras quedarte.
Cuando descuidamos la belleza perdemos dirección y abrazamos el caos. Nos acostumbramos al ruido, a la prisa, al desorden, a lo feo.
A lo feo en las formas y en el fondo.
A las conversaciones llenas de queja, a los espacios agobiantes, a los cuerpos y los cerebros castigados, a los vínculos que carcomen. Y cuando todo eso se vuelve normal, lo que perdemos no es solo belleza: es energía, propósito, y muchas veces, alegría.
Defendamos la alegría, como decía Benedetti.
La filósofa Elaine Scarry nos cuenta que la belleza nos saca de nosotras mismas (qué necesaria es esa distancia) y nos conecta con algo más grande. Nos arranca del ego y nos reubica en el asombro, en el “gracias”, en el “qué maravilla esto que estoy viendo/sintiendo/compartiendo”. Y ese sitio no es frívolo, es necesario. Y deberíamos visitarlo más a menudo. Porque desde ahí tomamos mejores decisiones, nos tratamos con más respeto y somos más generosas. Y si eso no es importante, yo ya no sé.
No sé tú, pero yo noto cuando descuido lo que me rodea: me vuelvo más caótica, más impaciente, más desagradable.
Y noto, también, cuando decido mirar y mirarme con más amabilidad, con más belleza. Me visto mejor (mejor es algo que me gusta a MÍ, tomar el tiempo de cuidarme), prestar más atención a mis amigos. Elegir el silencio, un libro, un banco al solete de primavera.
La belleza es una elección constante.
Crear belleza es tener las narices de hacer las cosas bien aunque nadie mire. Es cuidar las formas con una misma porque también importan. Es decirle a una amiga que está guapa que lo flipas no solo por lo bien que le ha quedado el pelo, sino porque la quieres a rabiar y el amor de objetivo tiene poco.
Es poner orden en los pensamientos, en la casa, en el alma. Porque cuando todo eso pasa, hay paz. Y la paz es belleza a granel.
Decía Dostoyevski que la belleza salvará al mundo. Yo creo que, como mínimo, puede salvar un día. Un momento. Una relación. Una vida.
Así que te animo a buscar y a crear belleza. En lo que miras, pero también en lo que piensas, en cómo hablas, en cómo eliges. No hace falta tener una casa de revista ni ir siempre como un pincel. Hace falta intención, mucho amor hacia una misma y hacia la vida. Y un poco de entrenamiento, claro.
Piénsalo (y me lo dejas en comentarios): ¿dónde puedes crear más belleza hoy?
La vida bonita no tiene nada que ver con la perfección desde fuera, sino con la celebración desde dentro.
P.D.: hablando de vida bonita, mi admirada Aria Experiències ha organizado un viaje para mujeres que disfrutan de la vida y de la belleza. Es ni más ni menos que a la Toscana, del 20 al 23 de septiembre, y solo le quedan dos plazas disponibles. No tengo palabras para contaros el detalle con el que prepara Estel (el alma de Aria) los viajes y cada actividad, es increíble. En su cuenta de Instagram puedes echarle un ojo al viaje que organizó al mismo destino el pasado abril y aquí puedes ver todos los detalles y reservar tu plaza.
P.D2.: en el último episodio de mi podcast comparto micro con Nayla Norryh, una chavala a la que admiro enormemente por la enorme claridad mental que tiene, por lo valiente que es al hablar de ambición en femenino, de dinero, de lo bien que está querer algo mejor para tu vida. Hemos charlado sobre los millones de deafíos a los que nos encontramos las mujeres en todas las áreas de la vida y de cómo transitarlos desde la mayor calma y seguridad posibles. Puedes escucharlo aquí.
P.D3.: si andas un poco a la deriva y eso te impide empezar a crear belleza o cualquier otra cosa en tu vida, he creado un audio de 30 minutos para ti con dos ejercicios que a mí me ayudan a retomar las riendas de la vida cuando sientes que se ha ido todo de madre. Puedes descargarlo aquí. Espero que te sirva.
Qué bonito y cuánta razón. Yo hace tiempo que decidí apostar por la belleza, algo menos argumentaba y estructurada. Hoy voy a invertir en ser amable, conmigo y con los demás, en darme una tregua tras unas semanas duras.
Gracias por ayudarnos a retomar el sendero y poner el foco en lo importante.
Sol gracias por compartir, eres tanta inspiración! ( Hoy me has calado tanto que he pedido información a tu recomendación, el viaje a la Toscana me está llamando 🌻😅, mil gracias)