Tengo cincuenta tacos, he vivido en varias ciudades y en un par de países. He conocido a mucha gente muy distinta. Me he movido en círculos tan dispares que son antagónicos. Desde que tengo uso de razón me dedico a observar a los que me rodean y, últimamente, gracias al cielo, a mí misma. Observo su comportamiento y me esfuerzo en desentrañar qué hay detrás de él, los patrones que llevan a unos a la cúspide, a otros al desastre y a otros a un intermedio razonable. En mi coco escribo esas historias y cómo se entremezclan con la mía. Escribo la mía, la leo y la releo para entenderla, para no caer en los mismos errores y para repetir lo que me ha llevado al lugar deseado. Más que pensar, yo lo que hago es ver pelis mentales, todo el rato.
Por eso, cuando alguien me cuenta que ha tomado tal o cual decisión y me la argumenta, o no, o se cree que está argumentando, pero solo está justificando, tengo la sensación siempre de que esa peli ya la he visto y, por lo tanto, sé cómo termina. Para bien y para mal. Por suerte o por desgracia, o por deformación profesional, no doy mi opinión si no me la piden y, por suerte o por desgracia, tengo el jeto más expresivo de la galaxia y, por mucho que me esfuerce, el de enfrente sabe perfectamente lo que estoy pensando sin que yo abra el pico.
Ahora que pienso, miento: cuando veo que la peli va a acabar bien aplaudo, jaleo y felicito. La cara de circunstancias aparece cuando el final es una mezcla de “Titanic”, “La dama de las camelias” y “La matanza de Texas”.
Lo que más me sorprende de todo esto es que el cine no abre solo para mí. Todos y todas hemos visto las mismas pelis, las nuestras y las ajenas. Todos y todas sabemos cómo acaban. Y muchos y muchas se hacen como que están viviendo un estreno mundial A ver, a ver cómo acaba esto, qué curiosidad, qué emoción. Y qué hostión, amigui; Y QUÉ HOSTIÓN.
Y tras el hostión, la frustración, porque entonces sí te acuerdas de que habías visto esta peli en el cine, en DVD y en Netflix. Y caes en que este mareador ha seguido el mismo guion que los tres anteriores; en qué este muro en el que te has dejado el cráneo ya lo habías golpeado antes sin resultado alguno; en que ya habías dicho que sí a aquello otro y te habías arrepentido las cien veces anteriores; en que ya te habías olvidado de ti muchas veces y en todas ellas te habías lamentado; en que ya te habías dejado la piel para que otros cambiaran y, qué me estás contando; en que posponer es lo mismo que eliminar de tu agenda, pero engañándote; en que querer gustarles a todos es dejar de quererte tú y eso es lo peor de la galaxia.
Tú, mirando la pantalla y diciéndote cosas feas.
Quizás, en lugar de machacarte, estaría bien tener la videoteca clara, por aquello de recordarla. Ponerles nombre a los personajes que aparecen SIEMPRE, porque en el fondo son la misma persona, aunque se llamen diferente y tengan otro aspecto. Aprenderte las escenas decisivas para no volver al camino que acaba en acantilado. Confiar en tu experiencia, en tu criterio y en tu memoria.
Ponerte como objetivo que lo que está por venir se parezca lo máximo a “Love Actually” y lo mínimo a “Pesadilla en Elm Street”
Hola Sol, estoy atravesando por una separación despues de 15 años de matrimonio, y no era capaz de tener contacto 0 y por más que no quería sentirlo, me ilusionaba cuando me escribía o me llamaba, desde hace una semana estoy viendo la peli de mi vida y como espectadora se ve todo mucho más claro y lo que no quería ver aparece y soy capaz de decidir que esa situación no me hacía bien y por primera vez siento que decido la vida que quiero vivir.
Gracias por tus palabras y por todo lo que das!!! Feliz sábado, feliz vida!!
La vida y las personas necesitamos serenidad. Si que es cierto que en la vida, igual que en una peli hay algún hostion que otro, pero de eso va la historieta no. Mi mantra vive y deja vivir, ya con cincuenta tacos también. Abrazo bonito desde Cádiz ❤️