¿Cómo estás, querida suscriptora? Espero que el final del año te esté tratando como te mereces.
Yo quiero terminar el 2024 hablando del motor de todo lo que conseguimos o dejamos de conseguir, porque, para el 2025 nos quiero satisfechas y empoderadas perdidas.
El motor somos nosotras, claro.
Concretamente, el motor es el COMPROMISO con una misma.
Empecemos por el principio, que es definir el centro de mi diana, mi objetivo supremo. El mío es simple y potente: sentirme bien.
No solo hoy, sino también dentro de una semana, un mes, un año y el resto de mi vida (Ya, no todo depende de mí, pero soy muy fan de la estadística, es decir, de incrementar las probabilidades en la medida que pueda, que es mucha)
No dejo mi bienestar al azar o al capricho de lo de fuera, de otros, de la suerte; mi bienestar es cosa mía y nace de un compromiso férreo con esto que soy, con mis decisiones y con lo que quiero construir.
Ese compromiso es que el me regala el poder de decidir: lo que quiero, lo que no, cómo reacciono, cómo siento, cómo pienso, cómo actúo, cómo me relaciono.
La consecuencia inmediata del compromiso es el AUTOCONTROL, o sea, posponer el gustazo inmediato y breve a favor del gustazo posterior y duradero.
Es liberarme del impulso para abrazar mi voluntad.
El autocontrol hace que tenga muy claro a qué le digo que sí; sentarme a estudiar para aprobar ese examen que mejorará algún aspecto de mi vida, ponerme a currar para crear una formación que impacte en positivo y me regale plenitud y liberad económica, hacer deporte para tener un cuerpo sanote ahora y dentro de muchos años.
Y también el autocontrol me impulsa a decir que no a todo lo que me resta bienestar: a relaciones que me vacían en lugar de llenarme, a lugares en los que no estoy a gusto, a la queja, al conformismo, a la procrastinación.
Ese autocontrol es una práctica diaria, una disciplina que, lejos de oprimirme, me da libertad, porque me proporciona todo lo que quiero. Qué regalazo.
Quizás me estás leyendo y pensando, pero es que no sé por dónde empezar, porque no tengo ni idea de por dónde anda mi autocontrol, o mi compromiso, o mi poder, o la madre que lo parió.
Empieza por lo pequeño, porque nadie levanta cien kilos el primer día de gimnasio, le das a la mancuerna de cinco, con suerte.
Y luego la de seis. Y cada logro, por pequeño que parezca, refuerza la idea de que puedes confiar en ti, de que eres capaz de avanzar. De comprometerte. De autocontrolarte. De ser poderosa y libre.
De ahí, al efecto dominó: cuántos más compromisos cumplo conmigo misma, menos resistencias tengo que superar. La acción genera confianza, y esa confianza genera más acción. Del ciclo vicioso al círculo virtuoso que me mantiene en movimiento, hasta en días en los que no tengo ganas de nada. Porque la clave no está en esperar a tener ganas; la clave está en actuar desde el compromiso con tu divina persona.
Una de las prácticas que más me ha ayudado a mantener esta disciplina mía es hacerme preguntas tocanarices antes de tomar decisiones. Sí, ya sabes que soy fan majara de las preguntas. Por ejemplo, si estoy a punto de decidir si seguir adelante con una tarea importante o posponerla, me pregunto:
Si hago esto, ¿qué me sentiré en la próxima hora, la próxima semana, el próximo mes?
¿Y si no lo hago, qué impacto tendrá en mí a corto, medio y largo plazo?
Y me esfuerzo en agarrarme fuerte a eso que voy a sentir, porque es lo que va a tirar de mí en los momentos de más pereza.
Responderme con honestidad me permite alinear lo que hago con mi objetivo supremo.
No tiene nada que ver con la autoexigencia, sino con recordarme lo que realmente me importa. Y lo que me importa no es hacer scroll en Instagram, es estar más a gusto que la hostia en mi propia vida. Espero que ese sea también tu objetivo.
Cada día me escriben cientos de mujeres que me preguntan cómo consigo tener fuerza de voluntad, de dónde saco la energía. Resumiendo: cuál es el motor que consigue que me pase lo que quiero que me pase.
Por eso, en la nueva formación en mi membresía voy a compartir contigo todas las claves que me han servido en los últimos años para cultivar mi fuerza de voluntad, mi disciplina, mi motivación. Todo lo que siento, pienso y hago para implementar hábitos que me hagan sentir la mar de bien.
Tienes aquí toda la información de “De la intención a la acción: sé la dueña de tu disciplina y tus hábitos”, donde en seis sesiones, una mensual de enero a junio, identificaremos las barreras que te bloquean y aprenderás a construir una base sólida para cumplir con todo lo necesario para que te pase lo que quieres que te pase.
Las inscripciones a la membresía, tanto en su modalidad mensual como en la anual (con la que te ahorras dos mensualidades) se cerrarán el 6 de enero y no volverán a abrirse hasta el 6 de julio, cuando haya finalizado esta formación.
Te doy, de nuevo, las gracias por acompañarme y te deseo un feliz sábado,
Sol
Gracias mil
Sol muchas gracias por tus textos, estoy caminando mis 20 años aprendiendo de vos y de todo lo que contás. Encontrarte fue un regalo de Dios, porque me inspiras y me enseñas como mí mamá y mi abuela ya no pueden hacer pero hicieron cuando estaban acá. Muchísimas gracias, este 2024 he aprendido muchísimo ❤️