Escribo este artículo a 18 de diciembre, inmersa en el lanzamiento de mi nuevo programa PERTENÉCETE, el más largo, profundo y transformacional que he diseñado hasta la fecha. No sé si te puedes imaginar el acongoje que tengo en mi cuerpo ahora mismo. Para colmo, se me ha ocurrido la feliz idea de lanzarlo en plenas Navidades, en una web nueva, con plataforma nueva. Con el informático medio de vacaciones. Me leo y noto como los hombros se me van tensando por momentos.
Y luego me recuerdo que este programa, este reto y esta vida eran un sueño demasiado grande y bonito como para poder imaginarlo hace muy poco tiempo.
Mis hombros siguen tensos, pero ahora también sonrío, me emociono. Se me salta una lagrimilla.
Porque la vida, si es grande y plena y brillante, está llena de desafíos, y aunque a veces acojonan (si son grandes de verdad, acojonan siempre), son la herramienta que nos permite crecer, aprender y expandirnos, convertirnos en las Diosas del Olimpo Vikingo que anda oculta tras estas pintas nuestras de humanas corrientes.
Agarrar nuestros miedos, contemplar lo que ahora nos parecen problemas y encontrar la manera de convertirlos en un reto asumible es algo imprescindible para evolucionar. Y, amiga, estamos construidas para evolucionar. Seguimos sobre la faz de la Tierra porque nuestros antepasados evolucionaron y, si queremos dejar de sobrevivir y empezar a vivir, nos toca seguir transformándonos, reinventándonos, no solo laboralmente, sino en toda nuestra extensión. No una o dos veces en la vida, sino constantemente.
El primer paso para mirar a los retos de frente y mantenernos firmes, fuertes, con la cabeza alta tipo postura Wonder Woman es recordarnos que los cambios forman parte de la vida, que lo desconocido puede ser la hostia. Que la curiosidad ha de vencer siempre al miedo. Que sin canguelo no hay crecimiento.
El segundo es reconocer tu valentía, tu inteligencia, tu capacidad ¿Cuántas veces has superado un reto que te parecía imposible? Yo recuerdo la selectividad, la carrera (especialmente la asignatura de Derecho Civil II, qué horror, por favor), terminar mi primera sesión de coaching, y la segunda, y la décima, y las cientos que llevo ahora mismo en mis espaldas. Ni qué decir de la crianza de los hijos: siguen vivos, yo no me he tirado por la ventana, estamos todos bien nutridos y nos reímos mucho, ole. Si hemos conseguido esto, lo vamos a superar todo.
El tercero es convencernos de que solo vamos a aprender si nos atrevemos. Somos humanas que aprendimos a caminar, a leer, a escribir, a sumar, algunas a resolver ecuaciones (a mí no me miréis). Aprendimos a conducir, a hacer facturas, a manejar programas informáticos. Nada de eso habría posible si nos hubiéramos quedado mirando, inmóviles, pasmadas. Pensando que no voy a ser capaz. Haciendo nada. Alguien muy listo dijo que o aprendes o triunfas. Vamos a hacer ambas cosas al mismo tiempo, que somos olímpicas, chavalas.
Por último, ya me habrás oído el famoso CELEBRÉMONOS. Porque seguimos aquí, porque hoy ha salido el Sol, porque podemos salir a la calle (que se nos ha olvidado el confinamiento, amigas, increíble), porque existe la voz de JP Cooper y porque siempre hay una canción de los 80 por bailar. Y además, porque celebrarnos es vernos, escucharnos, reconocernos. Es alimentar la seguridad en nosotras mismas, contarnos que somos fabulosas y darnos impulso para lanzarnos sobre el siguiente aprendizaje, aunque el último haya dolido, porque también esto pasará.
Termino contándote que la catástrofe no es que te pase algo malo (entiéndeme, algo malo es un disgusto), sino que no te suceda NADA. Que transites por la vida sin que la vida pase por ti. Que en la historia que escribes cada día no haya sobresaltos, emoción, algo de drama, mucha risa, unas cuantas metamorfosis. Purpurina, lentejuelas, lagrimones.
Acabemos el año rebosando propósitos, abrazando al miedo para que sea nuestro amigo, sabiéndonos capaces. VIVIENDO.
P.D: en el último episodio de “Las claves de Sol: el podcast” hablo de seis afirmaciones que nos ayudarán a poner, por fin, límites a quién los necesite. O sea, a respetarte, a largarte sin culpa de dónde no te tratan bien, a decir “Hasta aquí” y abrazar el orgullo de ser capaz. Puedes escucharlo aquí.
P.D: y qué te voy a contar de PERTENÉCETE que no hayas leído ya por aquí. Tienes toda la información y te puedes apuntar en la lista de espera aquí. Ya me estoy poniendo nerviosa otra vez. Un beso
Feliz año 2024 !! Feliz Vida llena de proyectos exitosos, valentía, buenas decisiones, lleno de amor y Luz. Me encantan las personas valientes como tú. Tienes el potencial comunicador que admiro. Me encanta leerte y oírte. Por muchos podcast y contenidos! Y gracias siempre solete!! Un abrazo 🤗 gigante
"Pertenécete" es algo grande porque tú lo eres más.
Al acongoje se le saluda y se le deja atrás. Cuánto bien vas a hacer en 2024.