Llega el 2024, amigas, y es inevitable tener el impulso de plantearnos nuevos propósitos. Y es inevitable, también, comenzar un diálogo interno en el que nos decimos que, si no hemos logrado los del 2023, quién narices me dice a mí que este año sí, esta vez voy a hacer todo lo que me proponga.
PIIIIIIIIIII, (no sabía cómo trasladar al papel un pitido atronador)
Error, amiga, porque si no has trasladado al mundo real los objetivos que te propusiste en enero de este año y del anterior y del anterior es porque has empezado la casa por el tejado. No te sientas mal, es imposible que sepamos definir propósitos de manera correcta, es decir, asegurándonos al máximo su consecución, porque NADIE, NUNCA nos ha enseñado a hacerlo.
Si llevas tiempo por aquí estarás familiarizada con la metáfora del iceberg. Por si eres nueva (bienvenida) te la cuento: el humano es como un iceberg y, en la parte visible, tenemos el comportamiento, eso que hacemos cada día, pero ¿Dónde está lo importante? ¿Qué es lo que reventó al Titanic? En la parte oculta, amiga. Al fondo de ese iceberg está nuestra identidad, nuestras creencias, nuestros miedos, nuestros valores. Muchos de esos elementos están ocultos en el inconsciente, los muy cabritos. Teniendo en cuenta que más del 95% de nuestras acciones diarias están regidas por el inconsciente, fíjate si es importante descubrir todo lo que hay en él. Como eres muy lista, te estarás dando cuenta de que no es fácil. Porque a ver cómo encuentro lo invisible. Es difícil, pero no imposible, y la buena noticia es que, aunque nos creamos muy especiales, funcionamos todas de la misma manera. La fórmulas para descubrir y para reprogramar se conocen y son para cualquiera.
Ahora que tenemos esto claro entenderemos por qué, si te fijas en la parte superficial, en lo consciente, en lo que haces y, desde ahí, generas objetivos: voy a ir al gimnasio, voy a comer sano, voy a leer media hora al día, voy a buscar otro curro, voy a trabajar en mi proyecto porque quiero emprender, voy a estudiar inglés, etc. lo más probable es que, al cabo de un mes, tu voluntad se haya derretido cual glaciar con el calentamiento global. (Icebergs, glaciares, estoy de lo más gélida hoy).
Porque no se trata de QUÉ TENGO QUE HACER, sino de EN QUIÉN ME VOY A CONVERTIR.
Zasca: al fondo del iceberg de un manotazo. Lo voy a escribir otra vez: si quiero cumplir mis objetivos he de centrarme EN LA PERSONA EN LA QUE ME VOY A CONVERTIR. Te invito a que te repitas tú sola la frase, en plan mantra. Yo lo hago cada mañana, porque todas mis páginas matutinas acaban con ella. Es normal que se nos olvide, tenemos que crear una nueva YO y, para conseguirlo, la repetición es esencial.
No estamos hablando de que te transformes en otra persona, sino de que, a través de un cambio en tu mentalidad alcances una identidad libre de las creencias y los miedos que te merman y te aplastan. Que te ocultan las posibilidades que en realidad tienes y cómo alcanzarlas.
Estarás pensando “Joder, Sol, ¿en serio definir objetivos correctamente depende de todo esto? Yo pensaba que me ibas a contar lo de hacer listas, lo de los objetivos SMART, algo de motivación. Si lo sé, no vengo”.
Más me gustaría a mí responderte que determinar cuál es el norte en todos los ámbitos de tu vida es sencillísimo, pero no soy yo de mentir, ya lo sabes.
Y es que si no vas al fondo de todo lo que eres, querida, aparte de no mantener la constancia, lo más probable es que elijas propósitos que son de otros, que son fruto de todo eso que nos han contado desde pequeñas, de lo que se supone que tenemos que querer. Y si no vas al fondo, no te darás cuenta de todas las decisiones que podrías tomar cada día. Vas resbalando en lugar de agarrar las riendas e ir donde quieres ir. Pasas por la vida sin que la vida pase por ti.
Cuántas veces nos olvidamos de que un propósito (o meta, objetivo, sueño, deseo) no es solo ir al gimnasio o ganar más pasta. De hecho, eso no son objetivos, sino medios para conseguir lo que realmente quieres: sentirte bien, tener más opciones. Un propósito es tener energía en lugar de vivir agotada, rodearte de personas que te nutren y te abrazan y te impulsan, saberte suficiente y capaz, transitar en calma los vaivenes de la vida, que la ilusión te acompañe la mayoría del tiempo. Sentir que cada hora vale la pena.
Llego al final de nuestros #TresMinutos con un tema que nos daría para #TresAños. Menos mal que el episodio de “Las claves de Sol: el podcast” del próximo lunes trata también sobre propósitos. En él te hablaré de algunas pistas más para definirlos y también de lo que me he propuesto yo para el 2024 (Menciono a Tom Cruise y también lloro, un cuadro de episodio)
En el episodio de este último lunes te compartía herramientas para mantener la calma en las reuniones familiares navideñas, te lo dejo aquí, que falta parece que nos hace por todo lo que me habéis comentado en redes.
Y también profundizo a más no poder sobre la definición correcta de objetivos en mi programa PERTENÉCETE que, adivina, dura #TresMeses. En él, trabajaremos, mediante ejercicios prácticos, ejemplos sencillos de forma semanal y con sesiones de preguntas y respuestas, todos los factores que entran en juego a la hora de tomar decisiones y pasar a la acción. Ahí sí que nos da tiempo de ir al fondo de estos icebergs magníficos que somos para empezar la casa por donde se debe: por los cimientos.
Aquí te dejo toda la información y la inscripción a la lista de espera. El programa empieza en enero, tendrás las sesiones grabadas por si prefieres hacerlo más adelante y la próxima edición será en 2025.
Leyéndote, imagino metafóricamente mi momento actual con el del titanic cuando choca, se clava y paraliza, pues siento que yo ahora estoy achicando todo el agua que se ha colado por las rendijas (heridas), y ahora el foco es encontrar un bote salvavidas porque ésto se hunde, hace mucho frío ❄ pero confío porque sé que guardo un corazón muy valioso, y no es de piedra preciosa, pero brilla mucho más 💙, graciasss Sol ☀
Convertirte en la persona que quieres ser. Esa sola frase encierra tantas cosas (miedos, ilusión, vértigo, preguntas) que solo plantearla ya te agita por dentro. Inmensa la tarea. Seguro que vale la pena.
Gracias Sol.