Nuestra vida será tan buena como buenas son nuestras decisiones, pero claro, aquí llega la gran pregunta: ¿Qué narices es una buena decisión?
Lo primero es saber que una buena decisión no depende del resultado, porque este muchas veces es incierto. Una buena decisión depende de las razones por las que la has tomado.
Quizás no entiendas esto que te digo, pero espero que, para cuando termines de leerme, la cosa esté mucho más clara.
Si me sigues desde hace algún tiempo, sabrás que soy una firme defensora de que el éxito en la vida (y éxito es estar la mar de a gusto siendo quién soy, haciendo lo que hago, rodeándome de quién me rodeo) tiene mucho que ver con las preguntas que nos hacemos. Esas preguntas no tienen que ver con la duda, sino con entregarnos todo el poder.
Hoy quiero compartir contigo algunas de las preguntas que me hago todo el rato para tomar decisiones alineadas con lo que realmente quiero en cualquier ámbito de mi vida. Da igual si se trata de una elección profesional, lo que voy a comer o una pequeña rutina diaria: la intención lo es todo.
¿Esto me acerca o me aleja de mis objetivos?
Esta pregunta es mi brújula. Porque no todo lo que parece “correcto” es necesariamente lo que te acerca a tu vida ideal (Al final del artículo te dejo las instrucciones para que diseñes tu Día Ideal, el norte de tu brújula). A veces decimos que sí por inercia, por educación o por miedo a decepcionar. Pero cuando me paro a pensar si eso que voy a hacer, decir o aceptar me acerca a mis objetivos (personales, profesionales, emocionales), la respuesta se vuelve más clara. Cómo nos gusta y nos tranquiliza la claridad.
Este filtro me ha ayudado a dejar de malgastar energía en lo que no suma y a priorizar, también cuando da vértigo. Porque sí, a veces lo que te acerca a tus objetivos te da un miedo que lo flipas, pero es que no es el miedo lo que ha de decidir, sino tu firme voluntad.
¿Cuál es la mejor manera de tratarme en esta situación?
Esta es una de mis preguntas favoritas, porque es muy fácil caer en la autoexigencia o el juicio. Y no, amiga, estamos aquí para tratarnos como las Diosas del Olimpo Vikingo que somos.
A veces la mejor manera de tratarme descansar. Otras, ponerme en marcha aunque aceche el canguelo. Otras, irme al gimnasio aunque no tenga ganas. Otras, decir un no firme y sin culpa. No hay una única respuesta a esta pregunta, no hay fórmulas fijas, pero lo importante es preguntármelo, porque eso me saca del piloto automático y me recuerda que merezco tratarme bien. Ojo, diferenciemos siempre entre lo que queremos en este momento y lo que es bueno para nosotras. Quizás quieres llamar a tu mareador, pero eso no es tratarte bien. O comerte una chistorra a las 10 de la noche, pero eso es asegurarte el malestar. O aceptar un trabajo que no te mola por miedo a no encontrar otro sin tener ninguna necesidad urgente. Eso no. Tratarte bien, sí.
¿Qué patrones me han servido para ser feliz y cuáles no?
Tomar decisiones con intención y presencia implica también mirar hacia atrás: detectar qué cosas he repetido que me han hecho bien y qué cosas no voy a hacer nunca más porque han terminado en desastre.
No pensemos que esos patrones que repetimos suponen que SOMOS de una determinada manera. Son solo lo que HACEMOS hasta que aprendemos a hacerlo de otro modo. Podemos elegir, podemos sustituir, podemos crear otros que nos impulsen en lugar de machacarnos.
Y dos cuestiones a tener siempre en cuenta para caminar sobre tus propias vías:
Conoce tus valores, y decide desde ahí
Si no sabes qué es importante para ti, cualquier dirección te parecerá correcta.
Cuando algo no está alineado con mis valores, lo siento en el cuerpo. Me incomoda, me agota o me desconecta de mí misma. En cambio, cuando me muevo desde lo que para mí es irrenunciable —la libertad, la autenticidad, la calma, la creatividad—, mi cuerpo me cuenta que todo está bien. Por favor, trabajemos en tener claros nuestros irrenunciables y nuestros inadmisibles.
Sé consciente de tus creencias limitantes y no te conformes
Muchas veces nos quedamos donde no queremos estar porque algo en nuestro coco nos dice que no podemos, que ya es tarde, que no somos lo bastante buenas. Son las malditas creencias limitantes. Y sé que hablo mucho de ellas, pero es que nunca es suficiente.
Qué útil es para mí, cada vez que estoy a punto de tomar una decisión, preguntarme: ¿esto lo elijo porque quiero o porque no creo merecer otra cosa?
Necesitamos interiorizar, en plan salvaje, que merecemos lo mejor. Lo contrario es conformarnos, acostumbrarnos a lo que no nos sienta bien y llamarlo normalidad. Y de normal no tiene nada. Lo normal es acabar nuestros días diciendo “Joder, qué bien”.
P.D.: no te cuento nada nuevo si te digo que todas esas preguntas me las he hecho escribiéndolas. Escribir ha sido el vehículo que me ha llevado desde el caos mental a la claridad.
Y como a mí lo que me gusta es compartir lo que me sirve, la semana que viene abro de nuevo las puertas de mi formación ESCRIBE PARA APRENDERTE en la que, a través de 4 sencillas técnicas de escritura, que han sido fundamentales para mí, te ayudo a conocerte, a gestionarte y a obtener la claridad y el orden mental que necesitas para tomar decisiones desde la seguridad y la calma.
Durante 4 sesiones te enseñaré las 4 técnicas de escritura que yo misma uso a diario para tomar decisiones con seguridad, calmar mi mente, ordenar mis ideas y cuidar de mí.
✔️ Pautas claras y concisas
✔️ Métodos sencillos pero efectivos
✔️ Ejemplos reales y ejercicios prácticos
✔️ Sin teoría de más, sin paja.
¿”Escribe para aprenderte es para ti?
Sí, si ahora sientes que:
• No sabes por dónde empezar a ordenar tus pensamientos
• Te cuesta mantener el foco
• Estás mentalmente cansada
Y lo que quieres es:
• Claridad mental y emocional
• Tomar decisiones sin tanto ruido
• Escribir para liberar, entender y actuar
• Profundizar en tu autoconocimiento
• Mejorar tu atención y reducir tu estrés
• Crear un hábito que te acompañe toda la vida
Esto es lo que dicen mis alumnas de ESCRIBE PARA APRENDERTE:
Me hago cargo de MI vida por primera vez en mucho tiempo.
Me he permitido ajustar los ritmos a mis necesidades, acallando a mi crítico interior.
La claridad, poder poner el foco en solo una cosa. Saber quitar de en medio lo que no va conmigo.
Estoy mejorando en mis zozobras y toma de decisiones
Estoy enfocándome cada vez más
Igual dicho así suena a poco concreto pero , el impacto soy YO, en la persona que me estoy convirtiendo...
Soy más capaz de pasar a la acción, como que al escribir se refuerza lo que he pensado y lo hago sin darle tantas vueltas
La calma, el enfoque diferente de "mis dramas". Elevar el dron a través de la escritura es muy muy potente.
Cómo no amarlas, con lo majas que son.
Te deseo un feliz sábado, querida mía.
Sol
Siempre me rio cuando utilizas la palabra mareador, de esos que comentas pasaron alguna vez por tu vida. Elcontenido, como todos, maravilloso y lleno de aprendizajes que poner en marcha. Gracias por compartir ✨
Gracias,es muy motivador todo lo que detallas.Recomiendo totalmente el curso Escribe”Escribe para aprenderte”,lo hice y no me canso de verlo.Escribir tal y como lo enseñas es un antes y después en mi vida.Este mes,ya que desaparece el 30 para las que hicimos el curso la primera edición,lo veré otra vez.❤️