Hola, querida mía:
En estos tres minutos te voy a contar parte de los ingredientes que para mí son imprescindibles para que me pase lo que quiero que me pase. Esos ingredientes son la inspiración, que me da ganas de convertirme en alguien mejor; los hábitos, porque nuestra vida será tan buena como buenos sean nuestros hábitos, y tres frases que me recuerdo una y otra vez y que forma parte de mi columna vertebral.
Cuando siento que me pierdo, vuelvo a ellas, porque lo que nos decimos define quienes somos.
La inspiración puede llegar de cualquier rincón, y normalmente la encuentro en personas que encarnan lo que admiro y lo que quiero en mi vida. Oprah Winfrey es un ejemplo brillante de resiliencia, autenticidad y propósito. Y de inteligencia y superación en plan salvaje. Su capacidad para atravesar la adversidad y convertirla en fuerza me fascina, y ese compromiso suyo incansable con el crecimiento de otros, especialmente de mujeres en situaciones vulnerables, me emociona y me recuerda para qué estamos sobre el planeta.
Otra persona que admiro profundamente, porque cada vez que le escucho aprendo algo nuevo, bonito y útil es Mariano Sigman, neurocientífico y divulgador, que conecta ciencia y vida cotidiana con una claridad tremenda. Este señor afila mi curiosidad que da gusto, y eso es algo maravilloso y necesario.
Pero probablemente mi mayor inspiración llega de todas esas personas —sobre todo mujeres— que, a pesar de los marrones vitales, siempre encuentran la manera de avanzar. Mujeres que se enfocan en lo que sí tienen, sí pueden y sí quieren, en lugar de lamentarse por lo que falta. Cada vez que veo a alguien transformar un "no puedo" en un "voy a intentarlo," noto cómo se me encienden las neuronas, cómo aplauden mis entresijos.
3 hábitos que me construyen
La inspiración no sirve de nada sin acción, y he aprendido que son los hábitos diarios los que realmente transforman la vida en algo que vale mucho la pena.
Uno de los más importantes para mí es preguntarme siempre: "¿Cuál es el plan?" Esta pregunta tan simple como poderosa me ayuda a mantenerme enfocada, a no dejarme llevar por la improvisación y a priorizar lo que realmente importa. Lo que me importa a mí, no a mi madre, mis hijos, mi prima. A MÍ.
Esa pregunta me mantiene atenta y proactiva. Impide que me enrosque en los problemas más de lo necesario. Me regala el poder de hacer lo que tengo que hacer para resolver y avanzar. Tener un plan no significa que todo saldrá perfecto, pero me da claridad y dirección, todo lo que necesito para estar la mar de a gusto.
Otro hábito que considero esencial es el ejercicio, ya sabes, el meneo es vida. Más allá de todo lo que le regala a nuestro hermoso cuerpo, este coco se revuelca de gusto tras levantar unas pesitas, o bailar, o caminar, o estirar. Incluso en los días que más lío tengo, creo ( y no digo encuentro, digo CREO) el tiempo para caminar, hacer unos estiramientos o cualquier cosa que me permita moverme. El ejercicio me recuerda que este cuerpecito es el que me va a hacer que mi vida sea lo que quiero que sea, tanto ahora como en treinta años.
Y el último habito: las páginas matutinas, que han sido una revelación en mi vida. Vacío pensamientos, sueños, comeduras de tarro. Sin censura ni juicio. Mis páginas me ayudan a conocerme en cada momento, a desbloquearme, a sintonizarme. Escribir me organiza el coco y la vida entera.
3 frases que me guían
Qué importante es todo lo que no nos decimos o lo que nos dejamos de decir. Las palabras determinan lo que pensamos y, por ende, quiénes somos. Yo uso el lenguaje como ancla para bien, para no despistarme, para volver al eje cuando la vida me vapulea.
Uso varias frases como si fueran mantras, como si fueran mi biblia. Una de ellas es: "La vida solo va en una dirección", de mi querido amigo Igor Fernández. Esta frase me recuerda que, me guste o no, el tiempo avanza, y es mi responsabilidad aprovecharlo al máximo, sin dejar que lo que ya ha pasado me lastre.
Otra frase que llevo tatuada en el alma es: "Ya que no puedo alargar la vida, haré lo posible por ensancharla," de Jerry Garbulsky. Para mí, define mi filosofía de vida: no posponer, disfrutar a tope, soñar en grande.
Por último, una que es mía: "La ilusión es lo que diferencia a los vivos de los supervivientes." Creo firmemente que es nuestra obligación inventar la ilusión, porque a partir de ahí surge todo lo demás. Las ganas de movernos, de crecer. De mantenernos sanas, activas, curiosas.
Hasta aquí estos ingredientes de mi brújula vital que son también, en gran medida, mi norte. Que me recuerdan que esto de la vida adulta no es fácil, pero que mi deber es encontrar mis objetivos y mi dirección.
No te cortes, querida: si tú tienes también algo que quieras compartir y que ayude a otras a vivir mejor, cuenta en comentarios.
P.D.: te dejo aquí el enlace a un pdf que he creado con tres ejercicios que a mí me sirven para salir de los bloqueos vitales. Espero que te sirva.
Qué maravilla de post, Sol. Super útil, siempre al grano y con mucha miga. Gracias, gracias. Coincido mucho contigo en los hábitos y te diré que desde que te conocí hace uns meses tú eres una de las personas que me inspiran😘también me inspira mucho Clint Eastwood, me encanta como se salió de su cliché y cómo se reinventó y que siga haciendo pelis a sus 92. Su reflexión sobre no dejar pasar al viejo es uno de mis mantras😁
👏👏mis aitas siempre decían "vive y deja vivir".
Gracias por todo lo que aportas e inspiras🤗🤗🤗
Buen finde😘😘