Amo el silencio desde chiquitina. Me da la sensación de que, en el silencio, lo único que escucho son mis neuronas reproduciéndose como las loquis. Juraría que noto el burbujeo, de verdad.
Pero parece que el planeta conspira contra el silencio. Entre los vecinos ruidosos, el teléfono propio y el ajeno, y la última moda, los individuos que escuchan tik tok o tienen conversaciones con su tía sin auriculares, lo tenemos chungo para disfrutar de algo de silencio, amigas.
El ruido externo crece y con él, el ruido interno, que es el más peligroso: los miles de “debería”, de monólogos en bucle con nosotras mismas (nunca llamándonos guapas y listas), lo qué paso que no me gustó y lo que está por pasar que siempre creo que será horrible,…
Con este panorama, lo de encontrar el silencio se convierte en una gincana de dimensiones galácticas. Pero da igual, tenemos que luchar por el silencio, necesitamos esos espacios tranquilos por varias razones, entre otras, para solidificar nuestra autoestima.
Escribo este texto desde mi amada Nueva York. Y quizás pienses que poco silencio voy a encontrar en esta urbe de dimensiones exageradas. Pues lo hago, y de qué manera. Cada mañana me levanto muy temprano y, a eso de las seis, salgo hasta Central Park, que me queda a pocas manzanas. Busco algún banco frente a mi puente favorito, o cerca de un lago, y allá que me siento con mi libreta, tan feliz. Claro que hay más gente, pero normalmente buscan la tranquilidad igual que yo, así que caminan silenciosos. Claro que hay pájaros, pero ellos no cuentan como ruido, sino como belleza. Y en ese paisaje, que me conecta con algo más grande que yo, noto como me vacío de enredos y me lleno de calma, intención y conexión. Me convierto en una tía más sólida, más sabia y más segura. En alguien que se parece mucho a la persona en la que me quiero convertir.
Porque, querida, el silencio no es solo la ausencia de sonidos, sino que es un estimulador del cerebro, de la parte donde vive la memoria, la regulación emocional y el aprendizaje. No lo digo yo, que también, nos lo dice la ciencia, que no hace más que confirmar lo que en el fondo ya sabemos.
O sea, cuando nos sumergimos en el maravilloso silencio, no es que nuestro coco se apague, es que se pone a fabricar células nuevas como un locatis, (lo de mis neuronas renaciendo era real, qué guay).
La cosa no acaba aquí, otro estudio nos cuenta que, aunque estemos en silencio por poco rato, se activa la red neuronal por defecto ¿Qué narices es esto? Pues el cacho de cerebro donde, aparte de consolidarse la memoria, vive la reflexión sobre una misma y la integración de lo que nos pasa a nivel emocional. Y todo esto es INDISPENSABLE para tener una buena autoestima, ¿Por qué? Porque nos permite entender quiénes somos en profundidad. Y es que no nos puede gustar algo que no sabemos cómo es, queridas mías.
Sigo, que esto es un no parar: el ruido constante, aparte de ser molesto de narices, eleva nuestro cortisol (arriba el estrés a lo loco) y a ver si te suena esto también: cuando estamos estresadas, el bucle mental y la autocrítica aumentan que es un asco.
La autoestima es una relación íntima con nosotras mismas y las relaciones necesitan presencia y escucha. En el silencio nos comunicamos con partes de nosotras que visitamos solo de vez en cuando. En ese silencio, por fin, nos hacemos caso. Dejamos fuera a los demás, a sus exigencias, a sus opiniones. Así tenemos espacio para cuestionar nuestras autoexigencias y nuestros autojuicios. Para conseguir ser coherentes, para alinear lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos.
Quizás estás pensando que no estás cómoda en la soledad y el silencio. Pregúntate qué aparece cuando el ruido desaparece. Fantasmas del pasado, el miedo a sentirte sola (que no es lo mismo que estar sola).
A estas alturas del texto, a lo mejor estás pensando irte a un retiro de silencio, a un monasterio. No es necesario, por un lado, y por otro, puede resultar un poco inútil si luego te sumerges en un maremágnum de griteríos, internos y externos, en tu día a día. Nuestro coco aplaude cuando le das, simplemente, 10 minutitos de silencio al día. Mira tú si pide poco.
Al final, lo que necesitamos es sabernos merecedoras y darnos permiso. Para no llenar el silencio, para planificarlo y disfrutarlo. Para trabajar en la conexión con la única persona con la que compartiremos toda nuestra vida. Para generar un silencio interno que nos sana y nos expande. Para sentirnos cómodas queriéndonos mogollón.
P.D.: te confieso que yo no siempre me he querido como ahora (que es mucho y bien), no siempre me he sentido merecedora de todo lo bueno de la vida, no siempre he confiado en mi capacidad, o establecido límites, o tener claro que mi criterios es el que maneja mi vida. Ya sabes que todo lo que te cuento tiene que ver con algo que yo he vivido y gestionado.
Mejorar mi autoestima ha sido el factor imprescindible, la base de todo lo bueno que me ha pasado últimamente, y no es magia, SON DECISIONES. Por eso, el 2 de julio se abren las puertas para mi nueva formación sobre AUTOESTIMA y AUTOVALORACIÓN, se cerrarán el 10 de julio. Cuántas veces me habéis preguntado cómo quereros más y. mejor, pues bien, aquí tenéis la experiencia más profunda y transformacional que he diseñado hasta la fecha sobre este tema.
Esta formación es para ti si ahora estás:
Buscando constantemente la validación de otros para sentirte valiosa
Autocriticándote constantemente con un diálogo interno destructivo que te agota
Posponiendo tus necesidades por miedo a parecer egoísta o decepcionar a otros
Dudando de cada decisión porque no confías en tu propio criterio
Sintiéndote culpable cada vez que intentas priorizarte
Saboteándote justo cuando las cosas empiezan a ir bien
Y lo que quieres es…
Sentirte bien en tu propia piel, sin necesidad de compararte constantemente
Tomar decisiones desde la calma y la confianza, no desde el miedo o la ansiedad
Hablarte con el mismo cariño con que le hablarías a tu mejor amiga
Priorizarte sin culpa y saber que mereces ocupar espacio en tu propia vida
Tener relaciones sanas basadas en el respeto mutuo, no en la dependencia
Vivir desde tu autenticidad, no desde lo que otros esperan de ti
La formación es en el marco de mi membresía “Té con Sol”, ¿qué significa esto? que aparte de una sesión mensual en video, tienes un brevísimo ejercicio diario para implementar el hábito de conectar contigo, porque la autoestima no mejora a base de grandes eventos, sino de mínimas decisiones que repetimos cada día.
También recibirás un artículo semanal sobre un tema complementario a lo que tratamos en las sesiones.
Si tienes alguna duda sobre esto, puedes dejármela en comentarios y la responderé gustosa.
Un abrazo y feliz sábado,
Sol
Ese silencio del que hablas, es el que parece que está sociedad no quieres que eligamos... no vaya a ser que seamos más sensatos, honestos, capaces y eso no interese. En mi caso ese silencio lo encuentro al despertar, a eso de las seis y poco. La casa anda en absoluto silencio aprovecho para, mientras escucho los pájaros de fondo,para coger mi libreta Charuca y mis rotus colorinchi y me pongo a escribir, sigo con una breve meditación y ya el día se visualiza MUCHO MEJOR ✨. GRACIAS Sol por tanto como aportas a nuestras vidas. ✨